INFORMES DE INVESTIGACIÓN

Estimados Colegas:
Esta Nueva seccion de nuestro Blog, intentara comunicar adelantos e informes de los trabajos que se vienen desarrollando en nuestro espacio, y de este modo anoticiar la tarea de cada investigador de las distintas secciones del BIBCISAO al presente, esperamos que sea de provecho de todos.
D.Pablo Guzman
Coordinador BIBCISAO-OSA

BIBCISAO-OSA
Seccion Letras e Historia Socio-Cultural
Area de Ciencias Sociales

Andrea G Friscia - Universidad Nacional de Luján
BIBCISAO - OSA


INFORME DE INVESTIGACIÓN : El Catolicismo Social en la Argentina, ideario y obra en el contexto histórico de institucionalización del Trabajo Social Profesional.

Junio 2009.

Introducción:

La presente investigación se enmarca en el proceso de finalización de la Licenciatura en Trabajo Social, perteneciente al Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Luján.
El Trabajo Final de Graduación, tal como da en llamarse, supone la integración de los saberes adquiridos a lo largo del curso de las 37 materias que lo componen, haciendo énfasis en alguna temática particular.
Si bien la institucionalización profesional del Trabajo Social acontece en 1930[1], los antecedentes en materia de acción social se remontan a finales del s.XIX con el auge de la inmigración masiva y los problemas derivados de la urbanización e industrialización crecientes.

En este sentido, el Movimiento Social Católico y los Círculos de Obreros Católicos llevan a cabo una labor preponderante, tanto en materia asistencial como así también en la elaboración de proyectos legislativos que redundaran en mejoras para la clase obrera, en especial la regulación del trabajo de mujeres y niños.

En principio he recurrido al Tomo I de “Aciertos y fracasos sociales del catolicismo argentino- Grote y la estrategia social” (1890-1912) obra escrita por el historiador Néstor T. Auza.
Dicha investigación remite a una vasta documentación y a publicaciones de la época donde puede leerse un ideario, cuyo accionar asistencial aporta a la disciplina, Trabajo Social, claves para descifrar los orígenes de su identidad como colectivo profesional.

Resumen:

En el año 1884 se realiza el Primer Congreso Nacional Católico, el cual dio, en palabras de Auza: “Una dirección política a la actuación de los católicos”[2]. Las conclusiones más relevantes fueron:

· La creación de organizaciones de laicos a nivel local y su enlace en el orden nacional.
· La creación de asociaciones catequísticas.
· La difusión del pensamiento pontificio.
· La defensa de la doctrina cristiana en materia de enseñanza y la creación de escuela católicas.
· La creación de Escuelas de Artes y Oficios.
· La fundación de la Universidad Católica.
· La defensa del descanso dominical.
· La instalación de agencias de trabajo.
· La creación de Círculos de Obreros.
· El fomento y la difusión de la prensa católica.

En 1892, el Padre Federico Grote retoma aquellos principios y da impulso a la creación de los Círculos de Obreros, experiencia que se prolongará hasta mediados de la década del ’40. El Padre Grote, de origen alemán conocía muy bien las consecuencias de la Cuestión Social debido a su procedencia (provenía de una zona industrial alemana) y se convierte en uno de los intérpretes, ya en nuestro país, de la Encíclica Rerum Novarum, promulgada por León XIII en 1891.
Dicha Encíclica fue de gran repercusión, sobre todo en Europa, atravesada por revoluciones que amenazaban el status quo.
La misma referida a las “cosas nuevas” denominaba “Cuestión Obrera” a la que luego se denominaría “Cuestión Social” en tanto categoría teórica.

El modelo organizacional de los Círculos apuntaba al cooperativismo y a la consolidación de una institución de avanzada en la defensa de los derechos de todos los trabajadores, por lo tanto el diseño de organización que propugnaba el Padre Grote no propiciaba la formación de gremios, ya que no existían suficientes obreros católicos por oficio para formarlos. “El Círculo, en su modelo inicial- señala el autor- y en los que con base en él se formarían inmediatamente, constituirían instituciones avanzadas de penetración en ese sector, afin de atraerlos, nuclearlos, formarlos, instruirlos, otorgarles adiestramiento de organización y de defensa mutua para sus múltiples riesgos.”[3]
El desarrollo de la obra de los Círculos se describe entre 1896 y 1902 y es plasmada, en datos cuantitativos, en una primera estadística realizada por el entonces presidente de la Junta de Gobierno, Alejandro Bunge.

la evolucion de los mismo esta demostrada en estas cifras:

Año 1892, Circulos: 1, N° de socios 60 // Año 1902, Circulos 50, N° de socios 13116.

El mayor número de Círculos se concentraba en la Capital Federal y el resto en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. Con posterioridad se realiza un cuadro de crecimiento total, que abarca desde 1902 a 1912, que arroja un incremento de 27 círculos y de un 70% en el N° de socios.[4]

El primer Congreso de los Círculos se lleva a cabo en el año 1898 y termina con una peregrinación a pie a Luján, práctica que se prolongaría a lo largo de la existencia de los Círculos como reafirmación espiritual. Según Auza, los organizadores de ese Congreso demostraron a través de los planes presentados hallarse habilitados para tratar la Cuestión Social. Así se crean Escuelas para niños, niñas y adultos en distintas bandas horarias para atender a las diversas situaciones particulares y/o laborales, círculos de estudio que se extienden al ámbito universitario (convencido estaba Grote de formar intelectuales comprometidos con la doctrina cristiana que se sumaran a la labor de los Círculos), agencias de trabajo, mutuales, publicaciones periódicas y la planificación de Congresos cada dos años para integrar a los Círculos de todo el país.
A partir de los primeros círculos de estudio, surge la Liga Demócrata Cristiana (1902-1903) como agrupación que confrontaría con la Federación Obrera Argentina, de raigambre ideológica socialista. Su objetivo principal fue: “Proponerles a las clases obreras la solución cristiana de la Cuestión Social”[5].
En el año 1902 se hace la presentación pública en el Círculo Central de Obreros y se comunican sus Bases, propósitos y programa.[6] Hacia fines de ese mismo año aparecen los primeros desacuerdos con los Círculos por
las distintas miradas acerca de los conflictos laborales y la cantidad de huelgas que desembocó en la represión policial por parte del gobierno, el decreto de estado de sitio y la Ley de Residencia que permaneció durante varias décadas. En los grupos católicos había diferentes escuelas sociales en pugna, entre ellas, la Asociación Católica era contraria a las medidas adoptadas por el Consejo. De este modo, y para no entorpecer el trabajo de los Círculos, se produce el alejamiento de la Liga[7]. El Padre Grote, quien se encontraba en el exterior en ese momento, lamenta esa decisión drástica y renuncia a favor de Duprat porque la cantidad de obligaciones no le permitían continuar con el mismo nivel de compromiso. Ésta pareció ser la renuncia preliminar a la que luego sería extensiva a la totalidad de la obra de los Círculos; el 3 de noviembre de 1910, Grote presenta su renuncia al arzobispado de Bs. As. Su fundador apenas brinda razones “morales” como causas de su alejamiento y el autor del presente texto no encuentra demasiadas explicaciones. Sí concluye que, desde su inicio, la propuesta del Padre Grote debió enfrentarse con corrientes de pensamiento conservador dentro del catolicismo argentino que, finalmente encontraron eco en el Quinto Congreso de los Círculos en la ciudad de La Plata donde la juventud, aparentemente realizó críticas a su labor pero sin que pueda leerse algún registro fehaciente. Menciona Auza que las críticas siempre estuvieron “en el ambiente, se repetían, circulaban, pero nadie las hacía suyas”.[8] En términos generales, agrega, no aceptaban la tendencia social de los Círculos y preferían acercarla más a una institución de carácter religioso puro y exclusivo, esta tendencia buscaba imponerse en momentos en que la obra de los Círculos se consolidaba como una obra de dimensión nacional. Por eso este autor hace referencia a la defensa que Grote debió hacer de del sentido católico de su obra, aunque no se definiera como tal y admitiera como socios sólo a cristianos prácticos. Pareciera ser-continúa- que la finalidad de los Círculos no estaba suficientemente comprendida, porque debían estar poco informados en torno al movimiento religioso y social que se producía en el mundo. Grote, sin embargo, tenía a su favor la aprobación de la Santa Sede y del secretario de Estado, pero no fueron suficientes. Los Círculos, en la concepción de Grote, debían ser el semillero para formar otras organizaciones con fines específicos, y entre ellos no descartaba el político; pero se negaba, por creer que de ese modo se desnaturalizaba, que su obra fuera concebida y empleada con fines exclusivamente religiosos o de socorro mutuo. “Ni exceder sus fines ni reducirlos”.[9] Grote era partidario de una pluralidad de instituciones y su federación, sin pérdida de autonomía. “Esta visión no será compartida, agrega el autor, y el disenso comienza en torno a esa concepción en 1910 y él será el primer sacrificado”.[10]


Palabras finales:

Leyendo las palabras del mismo Padre Grote puede comprenderse mejor el espíritu que pretendía infundir a los Círculos:

“Cuando ansioso yo de recibir algunos consejos del Vicario de Jesucristo acerca de la acción que había de imprimir a los Círculos, pedía a Pío X me señalara los medios más importantes para llevar a los Círculos de Obreros a su alto grado de prosperidad, me contestó, no señalándome alguna obra de propaganda para afuera o algún enemigo que combatir, sino contentándose con decirme: La instrucción y la unión, como si dijera la instrucción y la disciplina, medios más que suficientes para formar al obrero cristiano, consciente de su deber y de sus derechos.”[11]

CITAS

[1] En ese año se funda la primera Escuela de Servicio Social en el Museo Social Argentino.
[2] En: “Aciertos y fracasos sociales del catolicismo argentino” Tomo I: Grote y la estrategia social. Cap. 1: El despertar de la conciencia social (1882-1895). ED. Docencia- ED. Don Bosco- ED. Guadalupe. 1987.
[3] Ob. Cit. Cap. 1. Pág. 33.
[4] Ver cuadro de referencia en la pág. 129.
[5] Ob cit. Pág. 155.
[6] Ob. Cit. Pág. 159 a 169.
[7] Fuente citada: Diario La Nación (28/12/1902)
[8] Ob. Cit. Pág.349.
[9] Ob. Cit. Pág. 355.
[10] Ídem.
[11] Ob. Cit. Pág. 353.

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