Jesús no tiene casa porque su casa es la gente
«Jesús no tiene casa porque su casa es la gente». Es la sencillez el medio elegido por el Papa Francisco para hacer llegar su mensaje dirigido al corazón de la gente. Así, el miércoles 27 de marzo por la mañana, en su primera cita por el tradicional encuentro con los fieles para la audiencia general, elige un ejemplo claro y directo para reafirmar el sentido de la presenciaconstante del Señor entre su gente, que ha elegido como su propia morada. Y recuerda que Jesús habló a todos, sin distinción, «a los grandes y a los humildes, al joven rico y a la pobre viuda, a los poderosos y a los débiles»; que «ha traído la misericordia y el perdón de Dios»; que «curó, consoló, comprendió; dio esperanza»; que «trajo a todos la presencia de Dios que se interesa por cada hombre y por cada mujer, como hace un buen padre y una buena madre hacia cada uno de sus hijos».
Sin embargo, «Dios no esperó que nosotros fuéramos a Él, sino que Él vino hacia nosotros, sin cálculos, sin medida». De ahí la invitación a redescubrir la Semana Santa como ocasión para aprender de nuevo «a seguir, acompañar a Cristo». Incluso si esto exige antes «salir: de sí mismo, de un modo de vivir la fe cansado y rutinario -advierte-, de la tentación de cerrarse en los propios esquemas que terminan por limitar el horizonte de la acción creativa de Dios». Seguir, por lo tanto, con valentía al Señor «llevando en nosotros mismos un rayo de su amor a cuantos encontremos»: esto es vivir la Semana Santa.
Fuente: 2013-03-28 L’Osservatore Romano
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